Existe un tremendo revuelo alrededor de este tipo de dietas, y debido a la publicidad que han tenido, mucha gente está tratando de seguirlas.
Su gran problema es que al igual que otras dietas de moda que excluyen alimentos o grupos de alimentos, radica en que son demasiado restrictivas, y además de no ser sustentables en el tiempo, “atacan al cuerpo” dañando el metabolismo, dejándolo finalamente más lento y más ávido de grasas que antes…
La dieta Dukan es la de los ministros, también esta la del “doctor charqui”(porque recomienda muchísima proteína y entre eso, charqui a sus pacientes), etc.
Todas ellas producen una situación hormonal dañina para nuestro organismo (cetogénia), luego del consumo sólo de proteínas. El cuerpo necesita un mínimo de un 20% de calorías provenientes de carbohidratos para funcionar correctamente .
De todas las dietas “milagrosas” del último tiempo, la de las proteínas o dieta Dukan, es al parecer la peor. De hecho, la Agencia Francesa para la Comida y la Salud y Seguridad Ocupacional y Ambiental (ANSES), la calificó dentro de las 15 dietas más peligrosas; mientras que la Asociación de Dietética Británica (BDA), la incluyó dentro de la cinco más dañinas del 2011.
Existe basta evidencia científica sobre los peligros de una dieta hiper proteica, pero la gente frente a las promesas de comer todo lo que quiera, pasa por sobre su sentido común que les dice y grita que claramente no es un sistema natural…. En el corto plazo se produce un desbalance hormonal con el cual el cuerpo pierde kilos rápidamente, pero lamentablemente esos kilos no son grasa, son mayoritariamente músculo (tejido magro) y agua. Esto hace que el metabolismo se haga más lento, al haber menos músculo y más grasa. (El músculo necesita presencia de un cierto nivel basal de azúcar en la sangre para que la proteína que comemos sea incorporada como músculo en una proceso de anabolismo. La cetogénesis inducida por el exceso de proteínas nos lleva al anabolismo que es la destrucción o consumo de nuestros propios músculos) Además se pueden presentar estreñimiento, mal aliento (por la cetogénesis), , cambios de humor
El gran desarreglo hormonal que se produce, induce a que nuestras células se vuelvan resistentes a la insulina (condición precursora de la diabetes tipo II). La resistencia a la insulina está también altamente relacionada con problemas cardiacos, alta presión y altos niveles de colesterol. La resistencia a la insulina hace que el cuerpo guarde grasa con más facilidad de la que la puede usar, con lo que la recuperación del peso perdido está a la vuelta de la esquina. Este tipo de dieta también se han correlacionado con problemas al hígado y riñón por la sobrecarga a la que se someten.
El aumento desmedido de proteínas, y el desequilibrio nutricional al que nos expone, causa producción de cuerpos cetógenos (derivados de la acetona) que elevan el nivel de cortisol, que incrementa a su vez la insulina, guardando más grasa. Este círculo vicioso hormonal no nos permite mantener la baja de peso en el largo plazo, induciéndonos a recuperarlo con creces. Este estado de cetosis (situación metabólica originada por el déficit de hidratos de carbono) convierte finamente a nuestras células en verdaderos imanes de grasa, aumentando el nivel de colesterol malo y de triglicéridos, haciendo al paciente más susceptible a sufrir problemas cardiacos. Como los dos principales combustibles del cerebro son el O2 y el azúcar, cuando no hay azúcar el cerebro no funciona bien, y se queja.
Conclusión: A todos nos gustaría poder encontrar una dieta que nos permitiera comer sin límites…, pero lamentablemente no existen ni pastillas mágicas, ni máquinas milagrosas, ni dietas mágicas que permitan comer sin límite y nos den a la vez salud y belleza.
Un cuerpo sano y equilibrado sólo es posible si se come de forma mesurada y equilibrada nutricionalmente, y se practica ejercicio regularmente.