Muchas veces toda la maravilla que significa un día más en el fin de semana: descanso, playa, más horas de sueño…; nos asusta y nos intimida en relación a nuestros logros de una nutrición adecuada, y de control del peso. Cuando sabemos cómo funcionan las reacciones hormonales de nuestro cuerpo frente a la comida, podemos tomar mejores decisiones, y es justamente por eso que escribí este post, para ayudar a sacar provecho de este fin de semana largo, no perder el impulso y saber que hacer en este fin de año que se juntan muchas fiestas y fines de semana muy cargados de comida.
La pregunta después de comer mucho el fin de semana es ¿comer o no comer? ¿Vale la pena seguir mi plan después que comí mucho el fin de semana? O ¿lo eché todo a perder, y lo peor, perdí el esfuerzo? La respuesta es absolutamente SII!! ¿Vale la pena seguir?
Cuando estoy “a dieta”, controlando la cantidad de comida y en una restricción calórica, normalmente después de un par de semanas el cuerpo se siente agredido, y como mecanismo de compensación, y para ajustarse a la cantidad de comida que le llega, el cuerpo baja su metabolismo tratando de igualar la ingesta de calorías y no quedarse por bajo. Estos fines de semanas donde comemos más, nos sirven para que el cuerpo esté tranquilo, que “la dieta” no es una situación de hambruna o una guerra y no tiene que guardar “cada caloría” pensando en que vamos a estar en peligro.
Las salidas de la dieta, mientras no sean “comer como que el mundo se va acabar”, actúan como un tranquilizante para el sistema de alerta de hambruna de nuestro cuerpo. Como nuestros “depósitos de guarda” están ahora llenos, es el minuto para retomar nuestro camino con más ánimo y ganas. Es el minuto ideal para ejercitar y comer lo más ordenado posible, sin saltarse ninguna comida, desayunando no más de 1 hora después de despertar, y comer centrándonos en lo que al cuerpo le hace mejor: muchas verduras de todos los colores, proteínas magras, lácteos desgrasados, frutas (idealmente sólo hasta la hora de almuerzo) y muy pocos carbohidratos amiláceos (pan, arroz, papas, legumbres, etc) por un par de días.
Además de privilegiar comida muy sana, debemos hacer un esfuerzo adicional de tomar mucha agua, para limpiar y ayudar a todos los procesos metabólicos de nuestro cuerpo, incluyendo por supuesto la creación de nuevo músculo (indispensable para acelerar nuestro metabolismo) y la eliminación de grasa. Además si ejercitamos, necesitaremos agua adicional para reponer el agua perdida transpirando.
A retomar el camino, comiendo sano y equilibrado y tratar de movernos más, que las comidas del fin de semana no sólo ayudaron a nuestro cuerpo a no sentirse atacado, sino que sicológicamente también hacen más agradable el camino, ¿¿ o no??